viernes, mayo 27, 2005

¿Mi primera muerte fue así?

Me gusta llenar la bañera con agua hirviendo y sumergirme. Quemarme y ver cómo poco a poco la piel se va poniendo roja como mis uñas.
Cuando el cuerpo se acostumbra a la temperatura es un éxtasis. Me acomodo y cierro los ojos. A veces me duermo. Hoy, juego a ahogarme.
Es fácil éste juego. Se suben las piernas, se baja la espalda y se hunde la cabeza. Al principio es cuestión de chapotear y salpicar un rato. Luego se sale por última vez a la superficie, se toma todo el aire posible, y de nuevo para abajo. Entonces hay que balancear la cabeza de un lado al otro (esta es mi parte favorita, mi pelo juega tanto...). Hay que estar muy concentrado, para darse cuenta de cuando ya no se aguanta más. En eso estaba yo. Sí, en la concentración. De repente tu mano. Agarraste mi pelo con furia y sacaste mi cabeza del agua. Estabas confundido. No entendías bien. Cerraste los ojos y con la misma bronca con la que me sacaste del agua me devolviste. EScucho llanto. Pasos. Hola. Una ambulancia.

miércoles, mayo 18, 2005

¿Yo?

Últimamente estuve conociendo mucha gente, y pensé que me gustaría tener una forma de describirme, de hacer entender como soy...aunque no me entiendan. Y...llegué a esto, escribiendo muy tarde, escuchando Radiohead, y fumando


No creo en las casualidades. No creo en mi. Creo en Rayuela. Creo en el agua.
Creo en la música. No creo en Dios. Y no creo en el sol, creo en la Luna. Y poco me interesa si no es cuestión de creencias, si este caparazón se refuerza o desaparece al fin. Creo en los gatos, y creo ser uno. Creo en lápices y papeles, creo en el gris. Creo en los extremos, y no creo en dramas ni caprichos. O sí. No creo en el ahogado. Creo en volar. No creo en las redes. Creo en la lluvia. Y creo que me gusta. Creo en los simple, y me creo una imbécil. No creo en el fuego. No creo en el cielo. Creo en las búsquedas. Creo en los espejos y en hacerlos añicos. Creo en la risa. Creo en las miradas. No creo en el moralista, ni en el órden. Creo eternamente en los colores. Y, por sobre todas las cosas, creo que vivo en un cuento.

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