viernes, julio 08, 2005

Segunda muerte.



Entonces toma un trozo de espejo y se corta la muñeca. Naturalmente sangre, y fluye y corre, pero cesa y se va. Entonces no alcanza y toma otro trozo más afilado y lo vuelve a hundir en tora porción de ser marchitado. La sangre. De nuevo. Rojo. La sangre. Mil y un tajos cada vez más profundos y constantes, para que ya no cesen, para que siempre corra, para que, al fin, algo no la abandone.


Comments:
Este texto es increíble... "para que, al fin, algo no la abandone". Necesito suponer que hiciste esto alguna vez... y que lo hiciste así, sin miedo, para intentar que el dolor se vaya con esas gotas de sangre que caen y manchan en la sábana no tanto como lo hacen en tu alma... las dejas caer para vaciarte y así, de una vez por todas, poder volver a empezar de cero.
y sino lo hiciste... si, lo hiciste.
Es hermoso, y hasta reconfortante
 
Publicar un comentario



<< Home

This page is powered by Blogger. Isn't yours?